Viernes Santo en Agosto
El Vía crucis es una veneración absorta en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que desde el Palacio de Pilatos al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión de Cristo.
El multitudinario Vía crucis que con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, discurrió a lo largo del Paseo de Recoletos de la capital de España siendo presidido por Su Santidad el Papa Benedicto XVI, contando en una de sus estaciones con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Caída que represento la sexta estación: Cristo caído camino del Calvario.
Cada una de las estaciones, cuyas reflexiones fueron escritas por las Hermanas de la Cruz de Sevilla, ha estado representada por un "paso", obras de arte de la imaginería española, que realizan su estación de penitencia durante la Semana Santa de Andalucía, Castilla, Madrid, Murcia y Valencia.
La elección del paso de Nuestro Padre Jesús de la Caída (obra de Benlliure), para el vía crucis de la Jornada Mundial de la Juventud es un privilegio del que tenemos que estar orgullosos todos los Ubetenses, independientemente de la cofradía a la que pertenezcamos, dejando atrás intereses, rivalidades, mezquindades y chauvinismos, ya que la presencia de un Cristo ubetense en Madrid, servirá para mostrar al mundo entero la importancia de nuestras cofradías, dará protagonismo a nuestra Semana Santa, dará a conocer a Úbeda más, si cabe al resto del mundo como ciudad Patrimonio de la Humanidad y como no también por su artesanía, su gastronomía, o por las excelencias y virtudes del oro verde (el aceite de oliva) de nuestra tierra.
Gracias al trabajo de los directivos y de algunos cooperantes que haciendo gala de una resolución digna de elogio, han hecho frente a multitud de problemas, impedimentos y dificultades de todo tipo, de horas robadas al sueño, al ocio, al descanso personal y a su familia, pero provistos de una moral y una fe inquebrantables en su Cristo, han conseguido que nuestra Semana Santa haya estado presente en Madrid ante Su Santidad el Papa Benedicto XVI.
Desde aquí dar mi más cordial enhorabuena a estas personas que gracias a su enorme devoción, a su espíritu de sacrificio y a un trabajo bien realizado, recogieron los frutos de su esfuerzo y pudieron disfrutar de unos bien merecidos minutos de gloria, enjugando alguna lagrima y emocionándose al ver a su Cristo en un evento difundido en todo el mundo y que con el paso del tiempo podrán contar a sus hijos y a sus nietos diciéndoles "Yo estuve allí y ese caluroso día de Agosto, hicimos que en Madrid fuese Viernes Santo".
0 comentarios